quarta-feira, 29 de outubro de 2008

Diário Vasco - Espanha

MÚSICA, TERESA SALGUEIRO + LUSITÂNIA ENSEMBLE
Belleza serena
Será la crisis, será que Teresa Salgueiro a secas suena poco, pero la programación Mundua Tolosan conoció su primer pinchazo de público en el brillante recital de la ex Madredeus
IÑAKI ZARATA

Será la crisis, será que Teresa Salgueiro a secas suena poco, pero la programación Mundua Tolosan conoció su primer pinchazo de público en el brillante recital de la ex Madredeus. No se merecían el desaire la bella vocalista lisboeta y su fino grupo de apoyo Lusitânia Ensemble (procedentes en su mayoría de la Orquesta Sinfónica Portuguesa) porque su set fue un compendio de belleza cantora y refinado fondo musical, cerrando cual golosina de lujo una jornada que había celebrado a orillas del Oria los gozos de la repostería. Sobresalían en escena los adornos a base de redes marineras en relación al título y concepto de La serena (La sirena), disco que Teresa presenta en la recta final de ese capítulo musical porque tiene ya material plenamente autónomo de la estela Madredeus para comienzos de año. Es la cuarta obra que la cantante ha acumulado en sus dos años de transición hacia la independencia respecto a su antiguo grupo.
Con la novedad de una segunda mujer sobre las tablas (la contrabajista-pianista Anita Incoba, que sustituía al anunciado Duncan Fox), la sesión fue inaugurada con unos leves sonidos de agua a cargo del percusionista. Teresa Salgueiro, de largo oscuro y melena con coleta, arrancó con la primera canción de su disco, esa Serena que no es portugués sino ladino, la vieja lengua de los sefardíes ibéricos, y que se refiere a historias marineras. Y después, Caruso, del italiano Lucio Dalla. Plenitud vocal, más pura caricia sonora del quinteto y percusión.
Pespunteada por pasajes instrumentales de briososos ejercicios a la cuerda (Velha tendinha, Lá vai Lisboa...) fue Teresa desgranando la casi totalidad de ese último disco. Un escogido friso de diferentes aires populares provenientes de diversos países, en distintos idiomas. Esquema bastante alejado del conceptualismo Madredeus, del que visto el disfrute escénico de su protagonista da la impresión de que tenía muchas necesidades expresivas de desprenderse.
Libre, suelta, disfrutando en cada ritmo o emoción y a punto de echarse a bailar en alguno de los momentos más lúdicos, la cantante de Amadora se recogió en clave fado (Nome de rua), romántica (O namoro), divertida (Leãozinho, Caetano Veloso), melancólica en una morna caboverdiana, tristísima en Avec les temps de Leo Ferré, abrevando fado de la maestra Amália Rodrigues (Estranha forma de vida), gozando a la angoleña (Amanhã), endulzando la ranchera Paloma negra, bajando al tango (Vuelvo al sur) y retirándose con la delicadeza brasileña Se fossem iguais a você. En los bises se oyó el momento más bello con la desnuda Cantiga da seiga. Y las butacas se animaron en Unforgettable, La vie en rose y la repesca de Amanhã. La chica dulce de ayer es hoy una espléndida cantante pluralmente independiente.

segunda-feira, 20 de outubro de 2008

O Dia D - Brasil




Silence , Night and Dream

A Tarde - Brasil


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